Compruébalo antes de maldecirte a ti mismo: la guía de un experto sobre el mal de ojo

Sep 04, 2023

Los judíos lo llaman ayin hara, los italianos lo conocen como mal'occhio y entre los latinos es mal de ojo. Es una de las fuerzas más duraderas de la historia: el mal de ojo. Pero no importa cómo lo identifique uno, debe tener cuidado con su poder innegable y tomar medidas para defenderse a sí mismo y a sus seres queridos.

Al menos eso es lo que dice el periodista y mago Antonio Pagliarulo en su nuevo libro, "El mal de ojo: la historia, el misterio y la magia de la maldición silenciosa", publicado el 1 de mayo.

“Es una fuerza negativa, una fuerza nefasta, desatada a través de una mirada”, dijo Pagliarulo a The Times of Israel. "Una mirada es todo lo que se necesita".

Según Pagliarulo, hay tres formas de desatarlo: Una mirada celosa de alguien envidioso de tu éxito; una incitación involuntaria si olvida evitarlo con una frase o un gesto de precaución; y alardeando demasiado (así que cuidado, usuarios de redes sociales).

"Cuando te llega, tiene signos y síntomas", dijo Pagliarulo, cuyo libro detalla lo que le sucedió a una desafortunada pareja de Nueva York después de la fiesta de inauguración de su casa. "Hay una lista completa. Puede afectar mucho sus finanzas, su vida amorosa, no solo su salud sino también a los miembros de su familia, sus seres queridos, su hogar, su automóvil. Nada es realmente inmune a eso".

Criado en una familia italiana y argentina en el Bronx, Pagliarulo creció viendo a su abuela usar una fórmula tradicional para diagnosticar el mal de ojo. La fórmula, transmitida de generación en generación, se abrió camino desde Italia hasta los Estados Unidos e involucró un tazón de agua y cucharadas de aceite de oliva en la estufa, así como una oración secreta.

"Si tienes mal de ojo, el aceite de oliva desaparecerá en el agua", dijo Pagliarulo. "No hará lo que debería estar haciendo". Como señaló, "el aceite y el agua no se mezclan".

Pagliarulo describió esto como el "método más común en la cultura italiana para quitar el mal de ojo, mal'occhio".

La familia de Pagliarulo no solo pudo diagnosticar el mal de ojo, sino que también pudo eliminarlo. Una forma de hacerlo fue en Nochebuena, de una manera que incorporó ir a la misa de medianoche, con un paso clave que tuvo lugar durante el momento de la transubstanciación. Una forma cotidiana de evitar el mal de ojo era usar un amuleto, en este caso, un cuerno rojo llamado cornetto.

En el libro se comparte una extensa lista de tales amuletos a través de muchas religiones y tradiciones, incluido el nazar, un ojo blanco con una pupila negra dentro de un círculo azul. El nazar se encuentra en muchas culturas, incluidas la turca y la griega. Recientemente, ha disfrutado de una ola de popularidad, incluso a través de usuarios de nazar como Meghan Markle y Priyanka Chopra.

"Puedes encontrar [tales] amuletos en casi cualquier lugar hoy en día", dijo Pagliarulo. "Habla del poder del mal de ojo en nuestra cultura".

La lista de amuletos también incluye la Estrella de David, que según Pagliarulo es en realidad el Escudo de David o Magen David. (Pagliarulo ha aprendido más sobre el judaísmo a lo largo de los años a través de su matrimonio con un hombre judío). Las imágenes de la mano también son populares, incluido el hamsa, que es popular tanto en el Islam como en el judaísmo. El reciente largometraje español "Alegría", ambientado en el enclave español de Melilla en el norte de África, incluía una escena en la que una joven musulmana, Dunia, regalaba un hamsa a una futura novia judía, Yael. Para Dunia, fue la mano de Fátima; para Yael, fue la mano de Miriam.

Al notar la llamativa portada del libro, Pagliarulo dijo: "El libro en sí es como su propio amuleto".

Para escribirlo, profundizó en la historia y la cultura globales para profundizar su conocimiento sobre el mal de ojo en todo el mundo y a través del tiempo. Encontró evidencia de creencia en él que data de al menos 5.000 años en el antiguo Egipto, donde se pintaban ojos en barcos y ataúdes, y posiblemente incluso antes en Mesopotamia. La mano de Fátima o Miriam podría tener un antecesor en la mano de Tanit, haciendo referencia a una diosa conocida por los antiguos fenicios. Pagliarulo exploró los conceptos griegos antiguos relacionados con el ojo, como la extramisión, en la que el ojo podía emitir una energía poderosa y se convertía en un arma para hacerlo. Encontró puntos de vista similares en el hinduismo, de los ojos que emanan la fuerza de energía más poderosa del cuerpo, con un mantra que contrarresta esa energía.

Ve referencias bíblicas al mal de ojo tanto en la Biblia hebrea como en el Nuevo Testamento, y cita una de esas menciones en el décimo mandamiento: "No codiciarás".

"Muchos eruditos a lo largo de los años han dicho lo mismo", dijo Pagliarulo sobre la conexión de este mandamiento con el mal de ojo. "Algunos están de acuerdo, otros no". Sin embargo, agregó, “Quieres algo que tiene otra persona, así de simple. Experimentar esa emoción de envidia y celos, ahí es donde se manifiesta el mal de ojo”.

Examina las posibles referencias del Nuevo Testamento al mal de ojo en el Sermón de la Montaña, donde Jesús llama al ojo "la lámpara del cuerpo", con un ojo sano que le da luz y un ojo enfermo que le da oscuridad, y en la Carta a los Gálatas, donde el apóstol Pablo cita la parábola de los trabajadores de la viña, que se ponen celosos de los compañeros con jornadas laborales más cortas.

A pesar de la conexión entre el mal de ojo y las religiones del mundo, Pagliarulo observa una tensión entre las autoridades clericales que desaprobaban las costumbres populares y los fieles religiosos que las siguen de todos modos. Es por esta razón que la ceremonia de la Misa de medianoche para remover el mal'occhio debe hacerse fuera de la vista del sacerdote. Pagliarulo escribe de manera similar sobre una monja de la escuela primaria que desaprobaba el amuleto cornetto que usaba cuando era joven.

"Todo se remonta a la magia popular", dijo Pagliarulo. “No se trata de obtener la aprobación del sacerdote o de cualquier otra persona, sino de las personas que tienen lo que tienen frente a ellos, relaciones específicas con la naturaleza que siempre han existido junto con la fe de las comunidades”.

Encontrar formas personales de mantener a raya el mal de ojo puede ayudar a reconectarse con el mundo natural, según el autor.

“Las herramientas básicas son agua, aceite, hierbas, hojas, romero, albahaca”, dijo Pagliarulo. "Están fácilmente disponibles para alguien en su propia comunidad. Muy a menudo, la magia muy poderosa está profundamente conectada con la tierra que te rodea".

Más allá de las soluciones de la naturaleza y la larga lista de amuletos, el libro ofrece otra forma: aprender a echar el mal de ojo uno mismo.

"En algunos casos, si estás en un entorno particular", dijo Pagliarulo, "y sientes que alguien te acosa a diario y te da energía negativa y realmente te afecta de esta manera, sirve bien sabes echar el mal de ojo.

"Si estás en peligro", dijo, "tienes que ser capaz de defenderte. No eches el mal de ojo por diversión. Se necesita una gran cantidad de energía. Tienes que usar tu propia energía. Se necesita práctica, no es algo que deba tomarse a la ligera. La intención es lo que cuenta".

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